1987 La Regenta
LA CONFESIÓN
Don Fermón de Pas, Magistral de la Catedral de Vetusta, confiesa por primera vez a Doña Ana Ozores, La Regenta, señora principal de Vetusta. Esta confesión produce en ambos personajes grandes alteraciones en Don Fermín, relacionadas con su ambición de poder (material y espiritual), así como la necesidad de una relación personal satisfactoria.
Para Doña Ana significa la sublimación de sus frustraciones personales. Esta relación tropieza con la malicia y la malsana curiosidad de la ciudad de Vetusta representadas en el Ballet por los sapos y el coro de canónigos que interfieren en el encuentro de los dos protagonistas.
EL ADULTERIO
El ambiente frívolo y necio de Vetusta influye negativamente en La Regenta que oscila entre la ilusión y el desencanto en sus relaciones ambiguas con Don Fermín. En el mundo de Vetusta, ocupa un lugar destacado D. Alvaro Mesía, tenorio oficial de la misma, que se da cuenta de que Ana no puede ser seducida por métodos habituales.
En cuanto a Ana, la atracción que siente por él está contrarrestada por el control que sobre ella ejerce Don Fermín. El punto culminante de la obra, es la relación adúltera entre Doña Ana y Don Alvaro. En esta fase, el Magistral es sólo un hombre celoso que quiere vengarse, e induce a que el marido de ella se enfrente en duelo a Don Alvaro, en el cual muere el marido de Ana.
EL ACOSO
Ana, después de la muerte de su marido, se encuentra sola, fracasada y culpable. La sociedad le vuelve la espalda.
En su desesperación, quiere retornar al consuelo y guía espiritual que una vez fue para ella Don Fermín. Este rechaza con violencia quedándose La Regenta sola y sintiendo el acoso de sus propios recuerdos, fantasmas y temores.
Marisa Fanjul
CRITICAS ESPECIALIZADAS
Con este espectáculo, el J.B.C ha pretendido, antes que otra cosa, sumarse al homenaje a Leopoldo Alas Clarín cuanod se cumple el centenario de la publicación de La Regenta.
Por supuesto, no se trata de ofrecer una transcripción, en clave de ballet, del argumento de la inmortal novela, sino más bien el desarrollo libre de algunos temas, conflictos y obsesiones de los protagonistas.
Los episodios concretos que sirven de soporte de los cuadros del ballet – en la confesión de Ana, el paseo del Espolón, el asedio que la Regenta sufre por parte de Don Fermín y Alvaro, el descubrimiento de su adulterio, el duelo, la muerte de Don Víctor, la escena final de la Catedral- están solamente aludidos para proporcionar unos ámbitos, unas situaciones y unos personajes sobre los que el J.B.C ha proyectado su ilusión y su trabajo.
Elías García Domínguez
